La Iglesia conmemora en la jornada del
2 de noviembre a los fieles difuntos, a todos los que nos han precedido en este mundo y los cuales, esa
es nuestra esperanza, viven hoy felices en la Casa del Padre. Por este motivo, se
han celebrado en San Pedro Mártir una serie de eucaristías dedicadas a la
memoria de los hermanos difuntos de esta archicofradía, a los fieles que
descansan en el Columbario y en sufragio de las almas de todos los fieles difuntos
en general. Así lo viene conmemorando la Iglesia Católica desde hace más de mil
años, desde que el Abad san Odilón, de Cluny, en el año 998, prescribió que
todos los monasterios de la orden, celebraran un día después de la Solemnidad
de Todos los Santos, una memoria general por todos los difuntos.
La Venerable Archicofradía de Nuestro
Padre Jesús Nazareno, ya desde su fundación en el año 1599, tiene entre sus
reglas la obligación de honrar a sus hermanos difuntos. Siempre que la familia
comunica el fallecimiento de un hermano de Jesús, la archicofradía celebra un
funeral en su memoria. Esta costumbre se acrecienta en el año 2010, con la
entrada en servicio del Columbario provisional y desde entonces se viene
celebrando una eucaristía en el día de los Difuntos. Este año, con la
dedicación del templo de San Pedro Mártir y la bendición y puesta en
funcionamiento del “Columbario de los devotos de Jesús”, se ha preparado un
calendario de celebraciones litúrgicas mucho más amplio, acompañado de la
apertura, con un horario especial, del propio recinto funerario para facilitar,
a todos los familiares y amigos, la visita a sus seres queridos.