06 noviembre 2014

Conmemoración del día de los fieles difuntos



La Iglesia conmemora en la jornada del 2 de noviembre a los fieles difuntos, a todos los que nos  han precedido en este mundo y los cuales, esa es nuestra esperanza, viven hoy felices en la Casa del Padre. Por este motivo, se han celebrado en San Pedro Mártir una serie de eucaristías dedicadas a la memoria de los hermanos difuntos de esta archicofradía, a los fieles que descansan en el Columbario y en sufragio de las almas de todos los fieles difuntos en general. Así lo viene conmemorando la Iglesia Católica desde hace más de mil años, desde que el Abad san Odilón, de Cluny, en el año 998, prescribió que todos los monasterios de la orden, celebraran un día después de la Solemnidad de Todos los Santos, una memoria general por todos los difuntos.

La Venerable Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, ya desde su fundación en el año 1599, tiene entre sus reglas la obligación de honrar a sus hermanos difuntos. Siempre que la familia comunica el fallecimiento de un hermano de Jesús, la archicofradía celebra un funeral en su memoria. Esta costumbre se acrecienta en el año 2010, con la entrada en servicio del Columbario provisional y desde entonces se viene celebrando una eucaristía en el día de los Difuntos. Este año, con la dedicación del templo de San Pedro Mártir y la bendición y puesta en funcionamiento del “Columbario de los devotos de Jesús”, se ha preparado un calendario de celebraciones litúrgicas mucho más amplio, acompañado de la apertura, con un horario especial, del propio recinto funerario para facilitar, a todos los familiares y amigos, la visita a sus seres queridos.


Una vez más, los fieles llenaron San Pedro Mártir en una celebración


Como saben, en el subsuelo de esta reconstruida iglesia, se ha dispuesto un Columbario para que puedan ser depositadas en él las cenizas o restos de todos los devotos de Nuestro Padre y fieles en general que así lo deseen. La incineración está permitida para los cristianos desde el año 1963 cuando SS el Papa Pablo VI levantó la prohibición que hasta entonces existía. Hoy en día es una práctica cada vez más habitual. Por ello, la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús entendió que dentro del proyecto de reconstrucción de este templo dominico, tenía que tener cabida este espacio funerario. 

Para todos nosotros, cristianos y devotos del Señor, poder descansar eternamente en esta iglesia y a las plantas del Señor, saber que nuestros familiares y amigos pueden acudir a este lugar sagrado a rezar ante Nuestro Padre por nuestro eterno descanso, debe ser un motivo tranquilidad y de paz. Es la manera que desde ahora tendremos de permanecer unidos a Él, a la Sagrada Imagen del Señor, descansando en el mismo lugar al que tantas veces acudimos a lo largo de nuestra vida a contarle nuestras inquietudes y pedirle por todas nuestras necesidades.

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