10 julio 2013

Una noche inolvidable

     Así podíamos calificar la noche del pasado viernes, como inolvidable, por el magnífico rato vivido en los Jardines Aguanevada. Rememoramos aquellas primeras cenas, de las que nuestra Archicofradía fue pionera en el mundillo cofrade, celebradas en los primeros años de la pasada década de los noventa, en la caseta de la Peña Taurina o en la Plaza Nueva de Campo de Aras, de nuestro recordado Eduardo Cortés.




     Más de seiscientos amigos y colaboradores se dieron cita en nuestra verbena estival dispuestos a pasar una agradable velada en una noche donde hasta la temperatura nos acompañó. El espectáculo comenzó de la mano de un puñado de jóvenes lucentinos, intérpretes del arte del flamenco, que pusieron las primeras notas musicales del evento, mientras que los asistentes degustaban el buffet que la dirección de Aguanevada preparó al efecto.

     El baile llegó de la mano de la Orquesta Nuevos Aires, que nos sorprendió a todos con su puesta en escena, llena de luz y colorido y que amenizaron la velada hasta altas horas de la madrugada.


     Sin duda fue una gran noche, otro evento más en el que gracias al Señor nos vimos arropados por nuestros manijeros, presentes y pasados, por sus cuadrillas de santeros y por tantos y tantos devotos de Nuestro Padre que acuden siempre prestos a nuestra llamada. Gracias a todos ellos y a otros muchos que no pudieron acompañarnos en esta ocasión, las obras de reconstrucción de San Pedro Mártir, a las que se va a destinar la recaudación del evento, ya están próximas a concluir, obras que si Dios quiere todos veremos inauguradas en la Cuaresma del año que viene.

     A continuación les dejamos un reportaje fotográfico, gentileza de nuestro amigo Manolo Párraga.
















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